Escuela Smash: Anexos- Anon

Zelda agitaba en sus manos un sonaja que su papá le dio para distraerse. Tenía forma de trifuerza y al agitarla sonaba una tonada muy suave que a ella le encantaba, se encontraba sentada en uno de los sillones mientras que su padre la observaba desde cerca con una gran sonrisa.

-Nee, ¿qué tal si nos vamos yendo al comedor Zellie? El desayuno está por empezar- dijo tomando a su hija en brazos, la niña solo rió y se dejo llevar por su padre.

-¡Mami!- exclamó al ver a su madre acercarse.

-Hola cariño- le saludó con una sonrisa- ¿cómo estás?

-¡Papi me dio esto!- exclamó enseñándole el juguete.

-Si, si, es muy bonito Zellie, pero tienes que dejarlo para poder comer- le dijo su padre.

La niña hizo un puchero al instante, pero fue alejada rápidamente de Pit y se encontró con los ojos de su madre, sabiendo que no le podía ganar, dejó su sonaja a un lado y se sentó al medio de sus padres para poder desayunar.

-Oye Zel-chan- dijo Pit, Zelda estiró su mano para alcanzar un panecillo que estaba al frente suyo, sabiendo que su padre casi siempre llamaba así a su mamá-, hace mucho tiempo que no salimos juntos.

Zelda le pasó el bocadillo a su hija ruborizándose por lo que dijo Pit.

-A-ah.. cierto, pero es porque estamos ocupados con Zelda casi todo el día.

Pit observó a su pequeña hija degustando otro panecillo, viendo cómo se embarraba los labios de azúcar impalpable.

-Tengo una idea- dijo con una sonrisa mientras limpiaba los labios de la pequeña Zelda con una servilleta. Zelda lo miró curiosa.- Y no involucra a Impa-san cuidando a Zellie.

OoO

Pit tocó el timbre de la casa unas dos veces, la puerta se abrió y se dejó ver a un sorprendido ángel negro, obviamente no esperaba visitas, menos las de la persona al frente suyo.

-Pit-stain, ¿qué...?

-¡Oye Pitto!- dijo con su mejor sonrisa y un aura muy alegre para el gusto de Kuro rodeó a su cuasi hermano- ¿Podrías cuidar a Zellie mientras no estoy?

-No

-¡Perfecto! ¡Gracias Pitto!- canturreó el ángel mientras cerraba la puerta y corría lo más rápido que podía.

-Te dije que no bas...

Ya no podía hacer nada. Su reputación de chico malo había sido reducida en "el niñero real". Demonios, que para eso estaba Impa.

-Maldito seas Pit-stain... Hummm.... ¿y ahora qué hago contigo?- dijo depositando a su sobrina en la mesa del comedor.

-¡Tío Kuro! ¡Tío Kuro!- canturreaba la niña haciendo sonar su sonaja.

-¡Cállate niña! Y no me llames Kuro, mi nombre es Dark Pit, ¿que tu padres no te enseñaron?- dijo Dark Pit con los ojos entrecerrados y claramente irritado por el sonido que hacía la sonaja de Zelda al moverse.

-¡Tío Kuro!

-¡Deja de llamarme así pequeña! Ahhhmm... ¿cómo rayos era tu nombre? Uhh, serás Anónima.

-¡No soy Anónima! ¡Me llamo Zelda!- respondió la pequeña notablemente molesta por el sobrenombre y la falta de memoria que tenía su tío al recordar su nombre.

-Y yo soy Dark Pit, mientras eso no te entre en tu diminuto cerebro serás Anónima, aunque es difícil de pronunciar... será Anon.

La niña mandó una mirada asesina a su tío a pesar de su corta edad, luego sonrió demasiado inocente y riéndose internamente exclamó:

-Te odio Pit-stain